Pasta horneada cargada de mucha salsa, albóndigas y escandalosas cantidades de queso derretido, exactamente lo que necesitas para la cena. Y como bonificación: no necesitas hervir previamente la pasta, así que ¡alístate para comer y ser feliz con muy poco esfuerzo!.
Aprovecha las albóndigas que tienes congeladas y tu salsa favorita envasada o casera para hacer esta deliciosa y abundante receta que es suficientemente fácil para cualquier tarde ocupada.
En estos días no faltan alimentos preparados (o semipreparados) de alta calidad y buen sabor que hacen que hacer una comida deliciosa sea más fácil que nunca, sin importar cuán ocupada sea la vida. Esta receta de pasta con albóndigas horneada agregará vigor y proteínas sin esfuerzo a la comida.
Puedes guardar las sobras directamente en la fuente para hornear cubierta herméticamente con papel de aluminio. Para un almacenamiento más prolongado, colócalo en recipientes individuales y guárdalo en el congelador para cuando necesites un almuerzo rápido.
Ingredientes
Aceite en aerosol antiadherente
3 tazas de agua
24 onzas de salsa para pasta
1 taza de queso ricotta parcialmente descremado
1/2 Kg de pasta cellentani o fideos cavatappi, rotini, ziti o codo
1/2 Kg. de albóndigas caseras congeladas o compradas
2 1/2 tazas de queso mozzarella rallado
Hojas frescas de albahaca.
Preparación
Precalienta el horno a 400 ° F. Rocía una fuente para hornear de 9x13 pulgadas con spray antiadherente para cocinar. Dejar de lado.
Combina el agua, la salsa y el queso ricotta en un tazón grande hasta que la mezcla tenga un color uniforme. Agrega la pasta cruda, las albóndigas congeladas y 1 taza de queso rallado.
Transfiere la mezcla a la sartén preparada. Cubre la sartén bien con papel de aluminio, coloca en una bandeja para hornear con borde y hornea por 55 minutos.
Retira la lámina, esparce las 1 1/2 tazas de queso restantes sobre la pasta y regresa la sartén al horno durante 5 minutos, o hasta que el queso se derrita y se dore ligeramente en los bordes.
Adorna con hojas de albahaca rasgadas, si lo deseas.
Receta de: Rebecca Lindamood
Aprovecha las albóndigas que tienes congeladas y tu salsa favorita envasada o casera para hacer esta deliciosa y abundante receta que es suficientemente fácil para cualquier tarde ocupada.
En estos días no faltan alimentos preparados (o semipreparados) de alta calidad y buen sabor que hacen que hacer una comida deliciosa sea más fácil que nunca, sin importar cuán ocupada sea la vida. Esta receta de pasta con albóndigas horneada agregará vigor y proteínas sin esfuerzo a la comida.
Puedes guardar las sobras directamente en la fuente para hornear cubierta herméticamente con papel de aluminio. Para un almacenamiento más prolongado, colócalo en recipientes individuales y guárdalo en el congelador para cuando necesites un almuerzo rápido.
Ingredientes
Aceite en aerosol antiadherente
3 tazas de agua
24 onzas de salsa para pasta
1 taza de queso ricotta parcialmente descremado
1/2 Kg de pasta cellentani o fideos cavatappi, rotini, ziti o codo
1/2 Kg. de albóndigas caseras congeladas o compradas
2 1/2 tazas de queso mozzarella rallado
Hojas frescas de albahaca.
Preparación
Precalienta el horno a 400 ° F. Rocía una fuente para hornear de 9x13 pulgadas con spray antiadherente para cocinar. Dejar de lado.
Combina el agua, la salsa y el queso ricotta en un tazón grande hasta que la mezcla tenga un color uniforme. Agrega la pasta cruda, las albóndigas congeladas y 1 taza de queso rallado.
Transfiere la mezcla a la sartén preparada. Cubre la sartén bien con papel de aluminio, coloca en una bandeja para hornear con borde y hornea por 55 minutos.
Retira la lámina, esparce las 1 1/2 tazas de queso restantes sobre la pasta y regresa la sartén al horno durante 5 minutos, o hasta que el queso se derrita y se dore ligeramente en los bordes.
Adorna con hojas de albahaca rasgadas, si lo deseas.
Receta de: Rebecca Lindamood
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